lunes, 5 de diciembre de 2016

Primera aproximación al concepto de la poesía

(...)
—¿Y no es eso... un poco... inútil?
—Sí, claro, en cierto sentido lo es, pero no... no del todo.
—... Vale. Explícate.
—Pues mira, imagínate que coges dos palabras, ¿no? Bueno, pues las juntas... Bueno, que sean tres: imagina que coges tres palabras, ¿sí? Pues las juntas, las pones una al lado de la otra y, bueno, las escribes, o lo haces en tu cabeza, pero lo haces. Y una vez están juntas, bueno, eso es algo, ¿no? Quiero decir, bueno, no es nada, son sólo palabras, claro, pero significan algo, ¿no? Separadas tienen significado propio, pero al juntarlas, bueno, digamos que generan algo y ese algo adquiere, en fin, adquiere un nuevo sentido, un nuevo significado.
—Una frase.
—Ehm, sí, está claro, pero a eso lo llamamos hablar, transmitir, recibir palabras. Pero a lo que voy: no se trata sólo de poner palabras juntas, porque eso no siempre funciona. No en el sentido gramatical, claro, se da por hecho que eso siempre se hace bien, más o menos, porque si no ya no tiene sentido seguir hablando, sino en el sentido de... encajar. A veces hace falta una palabra en un sitio, del mismo modo que puedes necesitar una herramienta muy específica para una tarea. Bueno, al caso...
—Sí, venga.
—Cuando unimos palabras, cuando las enlazamos, lo que estamos haciendo es tratar de trasladar una imagen, una idea, un sentimiento hacia el exterior, hacia las otras personas partícipes del acto comunicativo. Y es precisamente eso, es como enviar un fax. Como decía alguien... Oscar... Oscar... En fin, Oscar: para escribir, sólo hacen falta dos cosas: tener algo que decir y decirlo. Porque ese es el problema en realidad. Todos sentimos cosas, claro, todos tenemos cosas que merece la pena compartir. Y supongo que el arte reside ahí, en la capacidad de hacerlo. Cada uno lo hace a su manera, por suerte, y pocos lo hacen muy bien. Supongo que también por eso es arte, ¿no?
—¿Como tú?
—No, no, yo... hago lo que puedo. Pero eso no importa. Lo que trato de decir es que el éxito está en conseguir causar en el receptor, en el lector, la misma sensación o el mismo sentimiento. O, bueno, en realidad no importa que sea el mismo, con tal de que se consiga transmitir algo. Eso también es poesía. Es difícil, muy difícil hacerlo a la perfección, aunque depende del momento y el lugar, claro. Y cuanto mejor se hace, más se acerca uno a lo que sería, a lo que llamaríamos la verdadera poesía, la verdadera literatura. Que, por supuesto, y por suerte, no son únicas, eso no tendría ningún interés.
—... Ajá. Pero, todo esto... ¿para qué?
—Bueno, la pregunta en sí es un poco tonta. Para nada, claro, pero para muchas cosas, por fuerza. No sé, somos seres que piensan y sienten y están vivos y se comunican, ¿no? Pues hacerlo, escribir, es una especie de intento de comunicarse creando belleza, pero claro, tendríamos que definir la belleza... Bueno, que no. Tenemos la necesidad de hacerlo, así que hay algo bueno, algo, por así decirlo, especial en hacerlo y en hacerlo de una determinada manera. Decía el tal Charles Beu... Boi... Bu... Sí, bueno, Charles. Charles decía que un hombre (para nuestros propósitos diremos ser humano) puede aguantar dos días sin una miga de pan, pero ¿sin poesía? ¡Jamás! Eso decía, y yo creo que tiene razón. Creo que también ayuda a dar sentido a las otras cosas; es una forma de ampliar nuestras miras en un sentido más... espiritual, emocional... lo que quieras. Creo que ayuda a completar nuestras vidas, ¿no? Ejercitar nuestra imaginación, nuestra capacidad de soñar con... otras cosas. ¿Inútil? Puede, pero también... también es necesario.

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