lunes, 21 de enero de 2019

Colaboración con Sisterflow

Volvía a fracasar.

Era un héroe de pacotilla, al que incluso se le atascaban las ideas para conquistar el corazón de su vecina Alba. Ella sabía de sobra quién era, por mucho que se pusiera antifaz y peluca cuando algún malhechor hacía de las suyas. Panderetamán tenía muchas habilidades especiales, como desintegrar suelas de zapato o susurrar en los oídos de sus enemigos a kilómetros de distancia. Los ancianos de la ciudad le tenían un gran aprecio porque siempre les ayudaba a cruzar la calle, iba a la compra por ellos, se sentaba a su lado en el parque y también tiraba pan a las palomas, quienes también le amaban.

Por todo esto, Alba sentía también cosas por él, pero tenía mucha vergüenza debido a que tenía seis dedos en un pie y pensaba que Panderetamán jamás la aceptaría. Panderetamán, sin embargo, sí lo habría hecho, porque era una buenísima persona y TAMBIÉN TENÍA SEIS DEDOS EN UN PIE.

Una tarde de verano hacía mucho calor y abrieron la piscina municipal... Estaba Alba en el tobogán cuando llegó Panderetamán: justo antes de llegar al trampolín, él se fijó en sus pies; ella vio los de él justo cuando su cara entraba en el agua... Sentimientos a flor de piel...

miércoles, 9 de enero de 2019

Incomprensión (o "Piet Mondrian")

El otro día, por alguna razón, me desconcertó enormemente que mi hermano accediera tranquilamente a ponerse una chaqueta de cuero.
Luego le vi comerse un trozo de cadáver y ya entendí.