jueves, 30 de abril de 2020

Hirudinea

Se ha metido bajo tu piel.
¿Tú lo sabías? ¿Te importó? ¿Lo permitiste, quizá por una corazonada?
Le miraste, le tocaste, le respiraste y, en ese momento, tú dejaste de ser tú, solo tú, para pasar a ser tú, tú con ella dentro.
Ahora no piensas en otra cosa, o, mejor dicho, sigues pensando sobre todo lo demás, pero, todo ese tiempo, ella está ahí. Te mira en silencio desde detrás de tus globos oculares, te escucha desde detrás de tus oídos y tú no puedes, no quieres hacer nada. Probablemente lo más fácil sea dejarse llevar, dejarse rodear, invadir y conquistar, como meciéndote con las olas, sin remar, solo flotando.
¿A dónde os llevará esto? ¿Quiere ella ir a algún sitio?
¿Por qué se ha introducido en ti? ¿Necesitaba estar completa o solo va a alimentarse y dejar una cáscara vacía? Ese es el pensamiento que te aterra.