martes, 29 de julio de 2014

Dulce, dulce niñez

 —¡Muerte y destrucción!

   Y el niño sonrió con enfermizo placer.

2 comentarios:

  1. Me gustan los microrrelatos; son una lectura fácil, amena, intensa y rápida.

    La elección de las palabras en este relato me parece muy acertada. La clave, por supuesto, es el adjetivo "enfermizo". Al releerlo me han surgido nuevas preguntas sobre la elipsis explícita, lo cual es bueno: significa que tus dos frases tienen más jugo de lo que me había parecido en un primer momento.

    Aun así —de cara a próximos textos—, me gustaría ver qué pasa si experimentas con el uso de complementos circunstanciales. Dejar intuir levemente dónde, cuándo o a quién le dice el niño algo tan sádico podría ampliar la configuración atmosférica de la escena.

    Un abrazo. =)

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    Respuestas
    1. Hola, Phaustho.
      Antes de nada, muchas gracias por el comentario, y por la crítica; siempre constructiva. Además, siempre se agradece el paso de alguien por aquí, y más si eres tú.
      Tendré en cuenta tu propuesta en el futuro, con otros micros.

      Otro abrazo, de vuelta (:

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